DISFRUTE LA “VIDA NORMAL”.

“Arraigados y edificados en Él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud”.

COLOSENSES 2:7

ES FÁCIL PENSAR: NO PUEDO SER feliz. No me pasa nada emocionante. Pero si un ser querido se enfermara, o perdiéramos nuestro empleo, entonces desearíamos nuestra vida "aburrida". Desearíamos estar nuevamente en la situación que tenemos ahora. ¿Por qué no toma la decisión de agradecer lo que Dios ha hecho en su vida? No menosprecie su "vida normal". No espere hasta que algo le sea arrebatado para apreciar realmente lo que tiene.

Aprenda a disfrutar lo que Dios le ha dado. Dedíqueles tiempo a sus seres amados. Deje de trabajar todo el día. Cuando llegue al final de su vida, nunca se arrepentirá de haber compartido con su familia.

Nadie en su lecho de muerte dice: "Si tuviera la oportunidad de comenzar todo de nuevo, pasaría más tiempo en la oficina".